40 Familias chenchu afectadas por las inundaciones recibirán una vivienda

"De madrugada, las gallinas comenzaron a cacarear con fuerza. Cuando fui a ver qué pasaba, noté cómo el agua cruzaba rápida por mis pies. En cuestión de minutos, las esterillas donde dormían mis hijos flotaban en el agua. La corriente bajaba con fuerza y arrastraba todo a su paso. Todo lo que teníamos en nuestras casas salió disparado y no pudimos recuperarlo. Todo ha desaparecido y no tenemos ninguna base para reconstruir nuestras vidas. Los platos, las puertas, los documentos importantes, la ropa. Todo se fue con el agua."
Es uno de los duros testimonios de una madre de familia que lo perdió todo en las recientes inundaciones de Telangana, en el sur de la India. Las lluvias torrenciales han dejado a miles de familias como la suya sin techo. En la mayoría de los casos, sus tejados y paredes eran de barro, caña y, en el mejor de los casos, uralita, un frágil cobijo frente a las lluvias monzónicas que han provocado cuarenta fallecidos y la pérdida de centenares de hogares.
Se da la paradoja de que algunas de esas familias estaban muy cerca de iniciar una nueva etapa. Parte de la zona siniestrada es un área donde habita una población tribal llamada chenchu. Son familias que viven en los bosques de Nallamala, que tradicionalmente se alimentan de la caza y la recolección de alimentos que proporciona el mismo bosque y cuyos excedentes comercializan para garantizar su sustento. Es una tribu extremadamente empobrecida. Al vivir a la intemperie, está sumamente expuesta a la malaria y otras enfermedades transmitidas por vectores. Sus integrantes tienen escasa educación sanitaria y estas patologías, como también la tuberculosis, reducen considerablemente su esperanza de vida.
Además, el acceso a su manutención está condicionado por leyes que protegen la fauna local, especialmente los tigres. Con todo, el modo de vida de los chenchu ha cambiado significativamente en los últimos años. La Fundación Vicente Ferrer trabaja con esta comunidad tribal para favorecer su bienestar individual, sensibilizando sobre hábitos de higiene, acceso a la educación y a la sanidad. Pero sobre todas las cosas, respetando una idiosincrasia muy arraigada. Por eso, también es necesario acompañarles en las gestiones que necesiten realizar para proteger sus derechos sobre una tierra que llevan habitando miles de años.
Los desastres naturales están causando estragos, acabando con vidas, dejando a personas sin nada. Las zonas más empobrecidas, como la de los chenchu, son exponencialmente más vulnerables al cambio climático.
Frente a esto, es preciso garantizar un techo que proteja a esta tribu. Tras lograr la autorización del Gobierno, la Fundación estaba a punto de iniciar un proyecto de vivienda para 40 familias chenchu cuando las recientes inundaciones devastaron la zona. Casi con toda probabilidad, de haber contado con una vivienda digna, las familias chenchu se hubieran enfrentado a la catástrofe de otra manera y no hubieran perdido lo poco que tenían.
Afortunadamente, el proyecto de viviendas en la aldea de Vengalapuram se ejecutará según lo previsto. Ahora con más determinación que nunca porque una vivienda puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte.
Texto: Raquel Artiles Gaillard | Fotos: Abhishek