“Detecto compromiso y voluntad de cambio real de las empresas hacia la sostenibilidad”

Entrevista a María Negro, divulgadora de sostenibilidad y compromiso empresarial
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Maria Negro
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María Negro, activista, divulgadora sobre la sostenibilidad y consultora en comunicación de negocios que impactan en positivo, además de autora de "Cambia el mundo: 10 pasos hacia una vida sostenible”, una guía práctica que nos ofrece consejos, ejercicios y recursos para reflexionar sobre el poder individual que tienen nuestras acciones, hábitos y decisiones diarias a la hora de minimizar nuestra impacto ambiental.


-¿Cómo ves la unión de fuerzas entre tercer sector y empresa para la promoción de valores como la sostenibilidad? ¿Crees que este tándem es bueno y qué puede favorecer el logro de los resultados?


Por supuesto, la unión en muchos casos hace la fuerza y ayuda a amplificar mensajes y visibilizar causas que de otra manera. Fundaciones, asociación u organizaciones con menos capacidad y medios no llegarían a la gente. Además, ayuda a muchas empresas a tener una primera toma de contacto con la sostenibilidad les hace plantearse de qué manera pueden minimizar el impacto ambiental fruto de su actividad y cómo precisamente pueden darle la vuelta y generar un impacto positivo a través de proyectos y acciones conjuntas con agentes del tercer sector. No obstante, en mi opinión, aunque es positivo, creo que es necesario un compromiso más firme por parte del tejido empresarial por hacer una transición real hacia la sostenibilidad social y medioambiental para que ésta forme parte del ADN de sus empresas.


- A tenor, entre otros de la Agenda 2030, en el mundo empresarial, estamos viviendo un creciente compromiso social y ambiental. ¿Por tu experiencia crees que las empresas tienen voluntad real de hacer este cambio? ¿Crees que esta voluntad es solo de empresas jóvenes?


Un gran porcentaje de las empresas de reciente creación tienen muy claro que deben integrar la sostenibilidad desde su nacimiento, ya que su razón de ser principal es mejorar el mundo y minimizar su huella al máximo. Las grandes empresas y grupos están cada vez más convencidos de que deben hacer esa transición hacia un modelo más respetuoso con el entorno, el planeta y las personas, pero hay un parte de ellas que les cuesta y optan por el greenwashing, en vez de hacer cambios reales y sistémicos. Aún queda mucho por hacer, pero cada vez hay más conciencia y presión por parte de los consumidores y esto, a muchas empresas, les hace ponerse las pilas. De hecho, los consumidores cada vez somos más críticos y estamos más informados, por lo que el greenwashing y no tener un posicionamiento claro, real y honesto en materia de sostenibilidad puede repercutir claramente en su reputación. 
Un aspecto positivo que veo en muchas grandes empresas y multinacionales con las que he trabajado es que realmente les interesa cambiar el mundo desde la acción individual. Muchas veces los cambios en sus estructuras son lentos, pero veo mucho compromiso y voluntad de cambio real en las personas que conforman estas empresas; por ello, las charlas que por ejemplo imparto sobre cómo llevar una vida más sostenible, consumo responsable, activismo individual y empresarial, cómo generar un impacto positivo y ser agente de cambio, educar en valores y en familia sobre el cuidado del planeta, son un buen marco para empezar a trabajar la sostenibilidad y trasladar a la plantilla los valores y el compromiso en sostenibilidad de la empresa, además de una herramienta de empoderamiento, inspiración y motivación. 


- En este sentido, comentas que las empresas que quieren posicionarse en el mundo de la sostenibilidad de manera honesta y ética no saben realmente cómo hacerlo y que tienen dificultad de acceso a la promoción y la innovación de estrategias sostenibles. ¿En tu opinión cuál sería la solución a esta carencia?


Hace algunos años, el desconocimiento podía ser una de las causas. A día de hoy, con la cantidad de información y estudios que hay sobre la crisis climática y sus graves consecuencias todos tenemos claro que debemos actuar ya. Como explico en esta tribuna que escribí para El País, el inmovilismo «es una actitud peligrosa, porque nos incapacita para dar pequeños pasos hacia nuevas realidades». Por eso, creo que las acciones tienen la capacidad de crear una sociedad más sostenible, como pensar en qué prendas usamos y qué es lo que comemos, así como reflexionar sobre el transporte, además de los residuos que generamos y la forma en que estamos consumiendo. En pocas palabras, para mi es completamente falsa esa creencia que dice «si no puedes cambiar el mundo, no lo intentes». ¿Por qué? Porque la acción individual es imprescindible para lograr un cambio real. El cambio vendrá de una voluntad y responsabilidad compartida entre empresas, instituciones y gobiernos, en la que el bien común y el impacto social y medioambiental estén por encima del beneficio económico


- Uno de los principales objetivos de tu trabajo como divulgadora en sostenibilidad y consultora de comunicación, es promover y acercar la sostenibilidad para que empresas, instituciones y personas compartan ese valor y se involucren en el cambio. ¿Cuál es la principal barrera con la que te encuentras y qué consejo les das?


Muchas empresas a las que asesoro en materia de comunicación me trasladan su preocupación y miedo de caer en greenwashing sin querer a la hora de comunicar sus pasos en materia de sostenibilidad. Por lo que yo en este aspecto siempre recomiendo ser honesto y transparente e ir comunicando las medidas que estén llevando a cabo en materia de sostenibilidad, como un proceso y lanzando la idea de que “están en el camino” sin caer en grandes titulares como “somos la empresa más sostenible del mundo” cuando seguramente esto no sea real. 


  -  En plena pandemia publicaste tu libro “Cambia el Mundo: 10 pasos hacia una vida sostenible” que se ha convertido en un éxito. Las empresas y las personas tenemos por delante desafíos para cambiar el mundo. ¿Crees que es así?


Estoy muy satisfecha con la acogida del libro, aunque pienso que es una guía que todas las personas deberíamos leer por el mensaje que contiene.  Me gustaría que el libro sirviera para remover conciencias, que nos hiciera recuperar el poder que todos tenemos (¡y muchas veces se nos olvida!) como consumidores, ciudadanos, individuos o madres/padres y nos diera la información, los recursos, las herramientas y la motivación necesaria para empezar a actuar.

Aunque necesitemos que nuestros gestos diarios estén acompañados de cambios sistémicos y globales para hacer frente a esta crisis climática, no debemos dejar de lado el gran poder de los pequeños gestos individuales. Lo que pensamos, hacemos, consumimos y decidimos tiene impacto en el entorno y en nuestra mano está contribuir a este cambio de conciencia. Comparto un fragmento que resume esta visión: “Somos agentes y líderes de cambio, capaces de inspirar y motivar a otras personas gracias a la tecnología y a herramientas como las redes sociales. Debemos tener presente que lo que pensamos, hacemos, compramos y decidimos tiene un impacto y que solo tomando conciencia de ello podremos ejercer ese poder que tenemos como consumidoras, ciudadanas, madres y emprendedoras”.
Como nos enseñó Vicente Ferrer en su día, “Ninguna acción buena se pierde en este mundo. En algún lugar quedará para siempre”; o el propio Ghandi, “Sé el cambio que quieres ver en el mundo”. A lo que yo añado, no solo sé ese cambio, lidéralo. Reivindiquemos ese poder de transformar el mundo, no desde una perspectiva inocente o buenista, sino a través del empoderamiento que nos lleva a dar un paso al frente. Porque actuando y pensando de manera individual conseguiremos un cambio global.