"Muchas de las muertes se podrían evitar con un diagnóstico temprano y más información"

A pesar de los numerosos avances en materia de sanidad que ha logrado la India, la anemia, la mortalidad maternoinfantil y el cáncer de cérvix siguen siendo tres de las grandes lacras para la mejora de la salud y bienestar de las mujeres, especialmente para aquellas que viven en la zonas rurales.
El 51% de las mujeres indias de entre 15 y 49 años padecen anemia, según datos oficiales, y en materia de Mortalidad Materno Infantil el gigante asiático se sitúa en las 113 muertes por cada 100.000 habitantes. En España, esa misma cifra es de 3 por cada 100.000.
La Dra. Jyothi, con más de 15 años de experiencia, lidera junto con su equipo uno de los departamentos más importantes de principal Hospital de la FVF, la Unidad de Ginecología y Obstetricia, el cual puede llegar a atender entre 450 y 500 partos en un mes.
Su experiencia en el Hospital de la FVF y previamente en otros centros sanitarios de todo el país es extensa y no siempre con final feliz, pero su visión es clara. “Las mujeres deben hacer de su salud y bienestar su prioridad. Deben dejar de estar en los márgenes para ser las protagonistas, y como doctora me siento responsable de ello”, afirma.
¿Cuál es la situación en materia de salud sexual y reproductiva en Andhra Pradesh?
A las mujeres se les enseña y se espera que sufran en silencio. Si eres capaz de estar callada, aunque sufras un terrible dolor, se te considera una mujer de gran valor en la sociedad. Por lo tanto, los problemas relacionados con su salud siempre se descuidan, nunca se habla de ellos. En la India rural, la situación es peor que en las ciudades.
Aquí, en Anantapur, muchas mujeres tienen embarazos de alto riesgo, resultado de ignorar la alimentación y los signos sutiles de complicaciones. La anemia y las infecciones del tracto urinario están muy extendida. Sin embargo, a menudo evitan tratarlas y acaban aumentando sus complicaciones. Además, las mujeres son reacias a desplazarse a lugares lejanos para someterse a revisiones, incluso en caso de problemas graves.
¿Se podrían salvar más vidas con más concienciación?
Hace diez años, las mujeres de las zonas rurales de este país no tenían ningún tipo de información sobre temas de salud en general y menos en materia de salud sexual y reproductiva. Como ya he dicho, no se esperaba de ellas, ni se espera a día de hoy, que las mujeres compartan sus problemas.
Por eso, ahora, cuando nos visitan, lo más importante es que ellas hablen y nosotras escuchemos. Muchas de las muertes se podrían evitar con un diagnóstico temprano y más información.
El gobierno se está centrando en campañas de concienciación y debo decir que las trabajadoras sanitarias rurales están haciendo un gran trabajo. En mi opinión, la sensibilización ha aumentado un 50% con respecto a hace diez años.
Incluso en nuestro hospital de Bathalapalli recibimos menos casos de anemia e infecciones urinarias que hace diez años y están más dispuestas a someterse a revisiones ginecológicas y se sienten menos tímidas al respecto.
Sin embargo, aunque la situación ha mejorado, aún no es suficiente. Todos los estigmas y tabúes relacionados con la salud de la mujer están muy arraigados y tenemos que abordarlos. Sin duda llevará algún tiempo, pero tengo esperanzas.
En tu opinión, ¿qué medidas pueden tomarse para mejorar la situación actual?
Hay dos formas que han demostrado su eficacia en Anantapur.
La primera es apostar por los sanghams (grupos formadas únicamente por mujeres). Reforzar estos grupos para que las mujeres sientan que tienen un espacio en el que compartir sus problemas, desde temas económicos, de los hijos o de salud. Creo también que puede ser muy útil dar formación a nivel comunitario a mujeres lideresas de sanghams. Así, cuando la sangham se reúne cada mes ellas mismas se pueden aconsejar mejor y apoyarse.
En segundo lugar, hay que desarrollar habilidades de comunicación eficaces entre el personal sanitario, tanto en el hospital como en los pueblos. No basta con saber algo, hay que saber comunicarlo de forma eficaz y eso no siempre es el caso, especialmente en el caso de la salud de las mujeres, debido al tabú que todavía le rodea.
¿Cómo crees que puedes contribuir a mejorar esta situación?
Como doctora, a veces, siento que lo más importante no es lo que se de medicina, sino mi capacidad para comunicarme de forma eficaz con los pacientes.
Hay muchos factores psicológicos y sociales que explican por qué las mujeres no se abren. Por ejemplo, es todavía común en muchos hogares que las mujeres coman menos incluso durante y después del embarazo. También hay casos en los que las familias de sus maridos se burlan de ellas o las hacen sentir culpables si comen un poco más.
Como doctoras y doctores debemos ser conscientes de estas situaciones y no limitarnos a recetar medicamentos y dar consejos de nutrición, debemos detectar estas problemáticas y ver como se pueden solucionar, darles un espacio para hablar y compartir.
¿Qué les dirías si pudieras mandarles un mensaje a todas las mujeres que has visitado en tus más de 15 años de experiencia?
Les diría, que, como mujeres, somos y son, criaturas hermosas. Nuestra independencia es nuestra joya y nuestra salud, la corona. Y que ellas, como mujeres rurales, son el pilar de este país.
Mi sueño es que un día las mujeres de las zonas rurales disfruten de la misma independencia de la que disfrutan la mayoría de las mujeres de zonas urbanas.