Somashekar, artista apadrinado: “El arte es un idioma universal y tiene la capacidad de llegar a todo el mundo"

Somashekar es hijo de jornaleros sin tierras y el séptimo hermano de una familia de nueve. Fue apadrinado cuando tenía siete años. “A partir de entonces, cuando nos poníamos enfermos íbamos al Hospital de la Fundación Vicente Ferrer sin tener que pagar, y tanto mis hermanos como yo recibimos un uniforme y material escolar”. Ahora tiene 25 años y estudia Bellas Artes en la universidad.
Antes de la suspensión de las clases debido a la pandemia decidió volver a casa de sus padres en el pueblo de Gundiganipalli, pero no ha dejado de hacer en ningún momento lo que más le gusta: pintar y ayudar. Sus murales sobre la prevención de la Covid-19 ya son conocidos por todo el vecindario de las aldeas cercanas.
¿Por qué decidiste pintar los murales?
El coronavirus ha afectado a muchos países y a millones de personas en todo el mundo y eso me hizo reflexionar sobre los efectos que podría tener en mi entorno, en mi pueblo, en el que muchas personas viven en situación de pobreza. Mucha gente sobrevive con lo que ganan cada día y en este contexto es muy difícil que la gente se quede en casa. Necesitan salir para trabajar, para comer. Decidí hacer estos murales para contribuir a la concienciación de mis vecinos y vecinas, para que se protegieran a ellos y a los demás. El arte es un idioma universal y tiene la capacidad de llegar a todo el mundo, sepan o no leer, hablen o no el mismo idioma.
Tus murales se han hecho muy populares. ¿Qué te decía la gente sobre ellos?
Los vecinos y vecinas de mi aldea, mi familia y el equipo de la Fundación me animaron y apoyaron mucho durante la elaboración de los murales. Es muy bonito ver cómo las personas mayores, niños… se paran a contemplarlos. Se crea un debate, se habla del tema y para mí eso ha sido lo más importante.
¿Cuándo empezaste a pintar?
Cuando tenía 6 años acudí por primera vez a la celebración del Festival de Arte que organiza cada año la Fundación. Es un festival cultural con varias categorías: dibujo de rangolis, esculturas de barro, papiroflexia, pintura, etc. La experiencia de participar, mostrar mis dibujos a la gente y que les gustaran me animó a seguir pintando.
Sin embargo, fue después de hacer una serie de ilustraciones denunciando la violencia contra las mujeres y las niñas lo que me decidió a escoger el arte como profesión. Vi el efecto que puede tener, pues no entiende de barreras de idiomas ni de fronteras. He tenido la suerte de que tanto mi familia como la Fundación siempre me han apoyado y esos han sido mis pilares.
¿Cuál es tu sueño?
Quiero ser un buen artista, quiero transformar la sociedad y educar a la gente a través del arte. Es mi sueño y mi pasión.
¿Tienes miedo de la Covid-19?
No tengo miedo, pero estoy preocupado. Creo que en estos momentos es más importante que nunca que nos cuidemos los unos a los otros. ¿Qué pasa si una señora mayor contrae la Covid-19 y no puede pagar las facturas del hospital? ¿Qué pasa con esas familias que debido a la cuarentena no pueden ir a trabajar y por lo tanto dar de comer a sus hijos e hijas? No quiero que más gente caiga en la pobreza ni pierda a nadie por culpa del coronavirus. Por eso hice los murales.
¿Qué mensaje te gustaría transmitir en estos momentos tan complicados debido a la pandemia?
En estos tiempos tan difíciles creo que es más importante que nunca que nos ayudemos los unos a los otros y que estemos unidos. Es imprescindible apoyar a las personas que más lo necesitan con empatía y dignidad.
También me gustaría agradecer a mi padrino todo el apoyo brindado durante estos años. Gracias a él y al amor incondicional de mi familia me he convertido en la persona que soy hoy. La fuerza que te da saber que hay alguien a miles de kilómetros preocupándose por ti no se puede describir en palabras.
A todos los padrinos y madrinas, ¡gracias por hacer posible el cambio en la vida de miles de personas!